📚💜SINOPSIS📚💜
El fruto prohibido no fue la manzana, sino Eva, y Adán quien la mordió. No se encontraban en el paraíso, más bien en el infierno; uno de doscientos metros cuadrados repartidos entre dos plantas.
Eva siempre fue la vecina mocosa que bebía los vientos por Adán; en aquellos entonces, un adolescente prepotente pero muy atractivo. Él odiaba verla en su casa, comiéndose su merienda o bajo el regazo de sus padres, que la trataban como la hija que nunca tuvieron. Por acontecimientos del caprichoso destino, se convirtió legalmente en su hermanastra.
Tras este hecho, no solo él la odiaba, pues aquel rechazo fue recíproco con el paso de los meses. Hasta que Adán fue contratado para cubrir las espaldas de un pez gordo y se alejó de casa, de la ciudad y de ella.
Años después, vuelve a su hogar. Ya no es un adolescente, y su prepotencia y atractivo han crecido tanto como él. La sorpresa es que el tiempo también ha pasado por Eva y no es la mocosa tímida que se comía su merienda. Con su sueño de ser actriz realizado y un presunto asesinato cerca, necesita quien le guarde las espaldas mientras sigue creciendo profesionalmente. Y él será el encargado de hacerlo, por mucho que les pese a ambos.
Ahora, ella es un fruto prohibido de ojos verdes y labios rojos.
Él, un pecador.

MI OPINIÓN🧐
Pasan los años, se suceden las historias, y Noelia Medina continúa sorprendiéndome. Cuando has leído todos libros de un autor, piensas que lo has conocido en todas sus facetas, que reconoces su manera de narrar, o sus tramas, sin embargo, llega un nuevo libro, y lo vuelve a hacer. Vuelve a dejarte noqueada y, en este caso, también con las ganas. Ganas de esa segunda parte y una tercera; de continuar metida dentro de este argumento tan brutal que ha creado, y que te deja en shock y con el corazón en un puño.
Antes de adelantarme a los acontecimientos, y dejarme a llevar por mis sentimientos, os cuento un poco sobre el argumento, y los personajes:
Adán y Eva han sido vecinos, mejores amigos, hermanastros, y también enemigos. Sin embargo, aunque no se soporten, (o eso aparentan), en realidad están locos el uno por el otro. El problema es que su amor está prohibido, es secreto; no pueden, ni deben dejarse llevar por lo que sienten, no solo por los padres de ambos, sino porque Adán está metido en asuntos turbios, y la vida de Eva corre peligro. Sin embargo, no cuentan con que Adán se convierta de la noche a la mañana en el guardaespaldas de esta, o que, tras un asesinato que involucra a Eva, se vea metida de lleno en la búsqueda del culpable. Una sucesión de acontecimientos y de recuerdos, que los protagonistas no tendrán otra opción que ir esquivando, si quieren salir intactos.
Cuando empiezas el libro, rápidamente te das cuenta de todos los frentes que hay abiertos…(no sabes de qué lado van a salir los malos), y de la tensión sexual tan potente que existe entre los dos protagonistas. Es justo esa conexión, lo que me ha resultado tan brutal.
Eva es una mujer independiente, fuerte, valiente, decidida, generosa…pero su debilidad es Adán. Siempre lo ha sido. Cuando está cerca, Eva pierde parte de su valentía, y se llena de inseguridades. Adán es su secreto, y debe seguir siéndolo. Por su parte, su hermanastro puede parecer, desde fuera, un tipo hermético; a veces frío, hosco, de lo más impertinente, y muy arrogante, que esconde secretos, y muchos sentimientos. Sentimientos de los que lleva años huyendo por cobardía. Sin embargo, también es un hombre valiente y amable, que me ha resultado un poco bipolar en algunas ocasiones. Un maromo repleto de músculos y tatuajes que está más bueno que comer con las manos (estaba en la obligación de mencionar esto ). Su vida no ha sido sencilla, y cuando vuelve a casa, lo hace con una mochila a su espalda cargada de asuntos pendientes.
He disfrutado muchísimo de esa tensión, esas llamaradas (porque las chispas se quedan muy cortas) entre los protagonistas. Es que son puro fuego. Ese tonteo entre ellos, esas personalidades fuertes chocando una y otra vez… uf, una pasada, vamos. Me han faltado más escenas entre ambos, sí, ese es mi único «pero», pero porque son quienes me han tenido pegada al libro, y me han sabido a poco los momentos que comparten.
Por otro lado, la trama está bien hilada, mantiene la intriga a lo largo de todo el libro y, pese que hay cosas que se resuelven, otras quedan pendientes dejándote a medias, y flipando. Hay también personajes secundarios que han suscitado mi interés, y de los que espero saber más en las siguientes partes, como Sandra o David.
De la pluma de la autora, poco puedo decir, más que admirarla por la manera de contarte la historia con esa pasión, delicadeza, y sensualidad con la que lo hace; y por esas escenas que te dejan con un calentón del quince o sin respiración, o esas otras que son pura angustia y emoción.
En definitiva, leerte siempre es un placer, Noelia Medina; y espero, y deseo, que esa segunda parte esté lista muy pronto para seguir pecando 😉
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